LA COOPERACIÓN AL DESARROLLO Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
A través de la Cooperación al Desarrollo, diversos agentes entre los que destacan las ONG colaboramos en la construcción solidaria de nuestro entorno local y del mundo global. Trabajando contra las injusticias y con un impacto prioritario en los países del Sur, se realizan actuaciones que buscan un desarrollo sostenible, igualitario y justo, siempre con la población sujeto de los proyectos como protagonista indiscutible, ubicando a las personas en el centro.
Todas estas actuaciones se diseñan de manera transversal, partiendo desde el enfoque de género, analizando junto con la población sus necesidades, tejiendo alianzas, creando estrategias comunes e igualitarias, buscando el fortalecimiento de las organizaciones locales, fomentando la participación comunitaria, enfocadas a incidir sobre los Derechos Humanos que están siendo incumplidos, y por supuesto, siempre y de manera innegociable, asegurando y promoviendo la sostenibilidad medioambiental.
En esta línea y a modo de ejemplo, desde ICLI (Ingeniería para la Cooperación – Lankidetzarako Ingeniaritza) hemos trabajado en red con organizaciones de todo el planeta, y hemos visto cómo se salvaban tierras cultivables azotadas por la sequía mediante sistemas de riego sostenible en el altiplano de Bolivia. Centrada en el ser humano y no la priorización del capital, hemos visto cómo la economía solidaria se abría paso entre las comunidades indígenas de Perú. Hemos visto los ataques que sufren los y las activistas medioambientales colombianos, defendiendo sus derechos humanos ante la proliferación de la minería o la deforestación intensiva. Hemos visto cómo las cooperativas de mujeres pescadoras de Costa de Marfil se unían contra la pesca de arrastreros ilegales que están destrozando sus costas, en favor de una pesca sostenible. Hemos visto cómo estudiantes indias se organizan para conseguir abastecer sus escuelas con energías renovables.
De este modo, hemos podido comprobar cómo los efectos y consecuencias de nuestras pequeñas acciones cotidianas en nuestros municipios afectan directa e indirectamente a las personas con menos recursos. El modelo de consumo actual aliado con el sistema económico imperante genera inevitablemente consecuencias como, entre muchas otras, la deforestación masiva, la explotación de trabajadoras y trabajadores, el abuso de los recursos naturales y la confirmación de un cambio climático con resultados arrasadores de la mano de sequias, catástrofes naturales nunca vistas, pérdida de cosechas y terrenos cultivables, una cantidad ingestionable de residuos o una contaminación atmosférica irrespirable.
La conexión global-local es una realidad y ser conscientes de ello es un pequeño gran avance. Organízate, mantente informada/o, activa tu capacidad crítica, contrasta, colabora con organizaciones, hazte preguntas, coméntalo con tus amistades y familiares, intervén en acciones de incidencia o manifiéstate. No te apagues, despierta, mantente activa/o, participa. El Planeta te necesita.
Alberto Díaz Díaz, voluntario de la ONG ICLI (Ingeniería para la Cooperación – Lankidetzarako Ingeniaritza)